En los meses de junio y julio de 1958, Gustav Winter se entrevistó con grandes empresarios y aristócratas alemanes a los que presentó una memoria del “Castillo de Cofete” con una oferta de arrendamiento y opción de compra.
En esa memoria ensalza las bondades de las Islas Canarias, como un lugar de paz y tranquilidad, un destino turístico entonces poco habitual, no masificado; de la Península de Jandía, como una reserva de la naturaleza, y de su población: “personas amables y sencillas, agricultores y pescadores, con buena relación con los propietarios, que hacen buenos trabajos y que estarían agradecidos de ser contratados para realizar labores”.
Explica que tras día y medio de viaje desde Alemania —en avión hasta Gran Canaria, luego en barco a Puerto Cabras, y finalmente varias horas de coche hasta Cofete— uno se encuentra “en un lugar soleado, entre el mar y la montaña, apartado (…) a salvo de carteristas u otros problemas de lugares concurridos (…) un lugar donde, si no quieres, no encuentras a nadie. Un lugar exclusivo”.
Aunque lo presenta como un castillo, aclara que “no se trata propiamente de un castillo de la época feudal como pueda imaginarse, con cien habitaciones, sino que se trata de un domicilio particular con las dimensiones de un pequeño castillo francés de la nobleza o como un pequeño monasterio en las montañas. La construcción tiene una forma de castillo por la existencia de una torre en un lateral … y los amigos que lo han visitado, como un cumplido a una construcción exitosa, dicen que tiene aspecto de un castillo por su localización en la falda de la montaña”. Aclara que en Cofete las montañas no son de gran altura (entre 500 y 800 metros la de mayor altitud). “(…) no dispone de un laberinto de innumerables habitaciones como propiamente un castillo, sino que se trata de una casa moderna espaciosa, de nueva construcción, que todavía no se ha habitado”.
Menciona que la parcela en la que está ubicado tiene una superficie de 15 hectáreas, que dispone de un buen terreno para plantar, un tractor, maquinaria agrícola e instalaciones de riego, y está cercada por un muro de piedra de unos 2.000 metros de longitud. Dispone de jardín interior con una fuente, atrio, arcadas, un estanque de patos, terrazas, gallinero y una torre panorámica. El edificio principal tiene una superficie techada de 660 m2.
Describe las distintas estancias y dependencias de la casa. Exagera al describir su equipamiento: mobiliario completo de primera calidad, cocina con horno para hacer pan, varios fogones, frigorífico y dos termos. Menciona la existencia de una pista de tenis junto al edificio principal, un establo con dos vacas y dos caballos y garaje.
En realidad no había energía eléctrica, ni frigorífico, ni termos para agua caliente, ni la pista de tenis. Estaba entre sus planes, de haberse firmado un contrato de arrendamiento del chalet, con el cobro del correspondiente anticipo proceder a la compra de un generador eléctrico, el frigorífico y los termos y habría construido la pista de tenis diseñada.
Refiere la existencia de una pista de aterrizaje privada en la finca, en la Punta de Jandía, a unos 16 km del chalet, disponible, y también la probabilidad de un aeropuerto en el sur de la isla en el futuro.
Menciona también la extensa longitud de la playa de arena, de más de 10 km y que en pocos minutos se llega a un lugar ideal para el baño –cuando en realidad se necesita alrededor de hora y media de caminata para llegar al islote, cuyo costado oeste alberga el único lugar calmo de toda la playa de Cofete, una zona de unos 200 metros de playa a salvo de la constante marejada predominante en la costa abierta al norte.
Expone en detalle los gastos del proyecto y de construcción, detallándolo partida a partida: los movimientos de tierra, cimientos, elevación de muros, techos, estanque de patos, columnas, vigas, el precio de los materiales empleados, etc. Cifra el coste total en unos 200.000 marcos de la época (DM).
Hace un estudio de los posibles usos de la casa:
- Lo promociona como un lugar ideal para que los dueños y el consejo director de una empresa puedan celebrar reuniones en absoluta intimidad, en un lugar de retiro y descanso. “El castillo dispone de espacio para que estos gerentes y directivos puedan descansar acompañados de su familia o amigos”. Menciona que en la planta sótano puede instalarse una caja de seguridad y guardarse documentos y objetos de valor, donde estarían seguros.
- Podría acondicionarse como sanatorio, pues el boom que experimentaba entonces la economía alemana iba aparejado a un incremento del número de fallecimientos de gerentes y directivos empresariales por infartos. Estos “necesitan hacer una pausa”.
- O bien como hotel para un turismo exclusivo.
Fija un precio anual por el arrendamiento: 49.580 DM. También se hace una exposición detallada del coste anual que conllevaría mantener en funcionamiento la casa “en época de paz”: los gastos de electricidad, combustibles necesarios para la cocina, etc., que sumarían 90.580 DM anuales o 7.500 DM mensuales. Viene a decir: te informo de los gastos que conlleva mantenerlo en funcionamiento, yo te lo arriendo y tú lo explotas. Al mismo tiempo te doy una opción de compra.